Modo sesgado y condicionado de administrar la justicia
Extractos:
Son muchas las críticas de los juristas y expertos en el tema, las primordiales son dos:
Primero, se critica la forma en que se selecciona el jurado: Los candidatos son seleccionados al azar de las listas de nombres de electores inscritos, llenan una serie cuestionarios o test psicológicos para determinar si son idóneos para formar un jurado, y posteriormente, sin más, el tribunal escoge también al azar a los que serán citados para que prestar servicio.
Se dice que la base de esto es la democracia directa y vinculante, la participación popular en la justicia de los ciudadanos, sin embargo el juez argentino Dr. Carlos P. Pagliere (h.) afirma que esto es dejar la justicia en manos de “déspotas”.
Es sumamente peligroso creer que el elegir a un juzgador que decidirá sobre la inocencia o culpabilidad de un tercero, deba dejarse en manos del azar; el azar no garantiza justicia ni imparcialidad; el azar es un riesgo.
Aunque se realicen una serie de exámenes y test, esto queda corto para determinar los antecedentes reales de una persona, sus ideologías más profundas y escondidas, sus traumas, sus historias, todas ellas condicionan el veredicto final.
Es decir, ¿cómo sabe usted si la persona que está detrás del jurado no es un antisemita, o un practicante secreto del Opus Dei, por ejemplo? Quizá eso no se evidenció en el test. O ¿qué tal si una de las mujeres del jurado fue abusada sexualmente, un secreto que ha llevado por años, pero ahora le toca juzgar a un violador? ¿Cuál cree usted que será su criterio? Probablemente se haga ciega a las pruebas y sólo piense en que el imputado debe ser castigado.
Pero los jueces especializados tienen pasado, tienen sesgos, tienen condicionantes… si es cierto, pero a diferencia de los jueces legos, los especialistas pueden rehusar a llevar un proceso si considera que su dictamen final no será objetivo, mientras que para los llamados a ser jurados, su participación es casi obligatoria y estos con el afán de tener ese privilegio no miden si su criterio será objetivo e imparcial.
Y es entonces donde entra la segunda crítica: ¿Debería estar la justicia y hasta la vida de una persona en manos de personas sin conocimiento alguno de la ley, ni técnicas criminalísticas?
El derecho penal es una ciencia minuciosa, delicada, sofisticada; donde los expertos estudian durante años sus técnicas, las cuales el jurado, que no tiene ningún conocimiento de la materia y ante la presencia de un abogado especialista puede ser fácilmente vulnerable y manipulable.
Y cito las palabras de Dr. Carlos P. Pagliere (h.): “Si a mí, que soy juez, me notifican que he sido sorteado para realizar una operación quirúrgica, ante todo pensaría que me están tomando el pelo. Como soy una persona responsable, replico: Yo no estoy capacitado para operar… ¡llamen a un cirujano! Pero me responden: Los cirujanos tienen prohibido operar. Asustado les digo: Ustedes no me pueden obligar a perjudicar a otro por hacer algo para lo que no estoy capacitado. Sí podemos me contestan. ¡Pero eso tiene que ser inconstitucional! grito desesperado con el bisturí en la mano y el paciente en el quirófano. No, para nada, es una carga pública y a la vez un derecho ciudadano".
Es evidente lo que se pretende demostrar, un juicio por jurado deja por fuera a las personas que saben cómo juzgar y, en su lugar incluye en un proceso judicial a seres humanos que sin ningún conocimiento ni especialización, con ideas preconcebidas, con pasados indescifrables la obligación de determinar la culpabilidad de otros. Hacer una cosa para la cual no estamos capacitados, no puede configurar una carga ni un derecho.
El asunto es serio, bien dicen las abuelitas que “la vida da muchas vueltas” y cualquiera de nosotros podría verse involucrado en un proceso donde nuestro futuro dependa de lo que piensen un grupo heterogéneo de personas con criterios adelantados sobre usted cuyo veredicto final podría ser: culpable, sin usted saber por qué.
Enlace: Versión On Line
Wendy Blanco Donaire
Son muchas las críticas de los juristas y expertos en el tema, las primordiales son dos:
Primero, se critica la forma en que se selecciona el jurado: Los candidatos son seleccionados al azar de las listas de nombres de electores inscritos, llenan una serie cuestionarios o test psicológicos para determinar si son idóneos para formar un jurado, y posteriormente, sin más, el tribunal escoge también al azar a los que serán citados para que prestar servicio.
Se dice que la base de esto es la democracia directa y vinculante, la participación popular en la justicia de los ciudadanos, sin embargo el juez argentino Dr. Carlos P. Pagliere (h.) afirma que esto es dejar la justicia en manos de “déspotas”.
Es sumamente peligroso creer que el elegir a un juzgador que decidirá sobre la inocencia o culpabilidad de un tercero, deba dejarse en manos del azar; el azar no garantiza justicia ni imparcialidad; el azar es un riesgo.
Aunque se realicen una serie de exámenes y test, esto queda corto para determinar los antecedentes reales de una persona, sus ideologías más profundas y escondidas, sus traumas, sus historias, todas ellas condicionan el veredicto final.
Es decir, ¿cómo sabe usted si la persona que está detrás del jurado no es un antisemita, o un practicante secreto del Opus Dei, por ejemplo? Quizá eso no se evidenció en el test. O ¿qué tal si una de las mujeres del jurado fue abusada sexualmente, un secreto que ha llevado por años, pero ahora le toca juzgar a un violador? ¿Cuál cree usted que será su criterio? Probablemente se haga ciega a las pruebas y sólo piense en que el imputado debe ser castigado.
Pero los jueces especializados tienen pasado, tienen sesgos, tienen condicionantes… si es cierto, pero a diferencia de los jueces legos, los especialistas pueden rehusar a llevar un proceso si considera que su dictamen final no será objetivo, mientras que para los llamados a ser jurados, su participación es casi obligatoria y estos con el afán de tener ese privilegio no miden si su criterio será objetivo e imparcial.
Y es entonces donde entra la segunda crítica: ¿Debería estar la justicia y hasta la vida de una persona en manos de personas sin conocimiento alguno de la ley, ni técnicas criminalísticas?
El derecho penal es una ciencia minuciosa, delicada, sofisticada; donde los expertos estudian durante años sus técnicas, las cuales el jurado, que no tiene ningún conocimiento de la materia y ante la presencia de un abogado especialista puede ser fácilmente vulnerable y manipulable.
Y cito las palabras de Dr. Carlos P. Pagliere (h.): “Si a mí, que soy juez, me notifican que he sido sorteado para realizar una operación quirúrgica, ante todo pensaría que me están tomando el pelo. Como soy una persona responsable, replico: Yo no estoy capacitado para operar… ¡llamen a un cirujano! Pero me responden: Los cirujanos tienen prohibido operar. Asustado les digo: Ustedes no me pueden obligar a perjudicar a otro por hacer algo para lo que no estoy capacitado. Sí podemos me contestan. ¡Pero eso tiene que ser inconstitucional! grito desesperado con el bisturí en la mano y el paciente en el quirófano. No, para nada, es una carga pública y a la vez un derecho ciudadano".
Es evidente lo que se pretende demostrar, un juicio por jurado deja por fuera a las personas que saben cómo juzgar y, en su lugar incluye en un proceso judicial a seres humanos que sin ningún conocimiento ni especialización, con ideas preconcebidas, con pasados indescifrables la obligación de determinar la culpabilidad de otros. Hacer una cosa para la cual no estamos capacitados, no puede configurar una carga ni un derecho.
El asunto es serio, bien dicen las abuelitas que “la vida da muchas vueltas” y cualquiera de nosotros podría verse involucrado en un proceso donde nuestro futuro dependa de lo que piensen un grupo heterogéneo de personas con criterios adelantados sobre usted cuyo veredicto final podría ser: culpable, sin usted saber por qué.
Enlace: Versión On Line
Wendy Blanco Donaire
Licenciada en Derecho. Ex directora ejecutiva de la Fundación Niños Sin Fronteras CWB del Proyecto Casa Club de Costa Rica. Colaboradora de MUNDIARIO.
Artículo: La justicia en manos de jueces legos puede resultar contraproducente
Artículo: La justicia en manos de jueces legos puede resultar contraproducente
Publicación MUNDIARIO
14 de septiembre de 2013
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