Cada vez más alejados de la realidad
Extractos:
Evidentemente, en la Argentina, y particularmente en la provincia de Buenos Aires, hay sectores políticos que creen que viven en otro país, que nada tiene que ver con el nuestro. Piensan que estamos en Suiza, Holanda, Noruega o Suecia, olvidándose de que a pocos kilómetros de la Casa Rosada se vive como en Africa o Centroamérica.
Esta reflexión cabe a la puesta en marcha de los juicios por jurado. Realmente es muy poco serio pensar que los graves problemas por lo que afronta la Justicia bonaerense, que se encuentra colapsada y en gran parte cooptada por el poder político, se van a solucionar adoptando soluciones foráneas que se ven en películas de Hollywood.
Como si fuese un chiste, hasta el propio gobierno bonaerense recomendó ver “12 hombres en pugna”, un film de 1957 que tuvo una remake en 1997, para entender cómo será el proceso que se pondrá en marcha a fin de año. Eso no es todo: distribuirá en escuelas y universidades la novela, que dio origen a la película, que relata la deliberación de un Jurado integrado por una docena de hombres que deben decidir la culpabilidad o no de un menor acusado de asesinar a su padre.
Los detractores de este sistema de enjuiciamiento vienen alertando que será difícil implementarlo en nuestro medio, por falta de tradiciones propias, de ambiente y de cultura pública. Descreen que importar este nuevo sistema pueda evitar los habituales errores judiciales.
Además, uno de los argumentos que utilizan los defensores del juicio por jurados es que se evitaría la presión que sobre los jueces letrados pueden ejercer algunas de las partes del proceso.
La realidad es que las presiones que afrontan los jueces vienen por otro lado. El quid de la cuestión pasa en cómo se llegar a ser juez o fiscal en la provincia de Buenos Aires, donde existe un Consejo de la Magistratura con una fuerte presencia de padrinazgos políticos que terminan definiendo las ternas de los postulantes para ocupar los distintos cargos en el poder judicial, dejando relegados –muchas veces– a hombres y mujeres del derecho con una destacada carrera y trayectoria.
Esta reflexión cabe a la puesta en marcha de los juicios por jurado. Realmente es muy poco serio pensar que los graves problemas por lo que afronta la Justicia bonaerense, que se encuentra colapsada y en gran parte cooptada por el poder político, se van a solucionar adoptando soluciones foráneas que se ven en películas de Hollywood.
Como si fuese un chiste, hasta el propio gobierno bonaerense recomendó ver “12 hombres en pugna”, un film de 1957 que tuvo una remake en 1997, para entender cómo será el proceso que se pondrá en marcha a fin de año. Eso no es todo: distribuirá en escuelas y universidades la novela, que dio origen a la película, que relata la deliberación de un Jurado integrado por una docena de hombres que deben decidir la culpabilidad o no de un menor acusado de asesinar a su padre.
Los detractores de este sistema de enjuiciamiento vienen alertando que será difícil implementarlo en nuestro medio, por falta de tradiciones propias, de ambiente y de cultura pública. Descreen que importar este nuevo sistema pueda evitar los habituales errores judiciales.
Además, uno de los argumentos que utilizan los defensores del juicio por jurados es que se evitaría la presión que sobre los jueces letrados pueden ejercer algunas de las partes del proceso.
La realidad es que las presiones que afrontan los jueces vienen por otro lado. El quid de la cuestión pasa en cómo se llegar a ser juez o fiscal en la provincia de Buenos Aires, donde existe un Consejo de la Magistratura con una fuerte presencia de padrinazgos políticos que terminan definiendo las ternas de los postulantes para ocupar los distintos cargos en el poder judicial, dejando relegados –muchas veces– a hombres y mujeres del derecho con una destacada carrera y trayectoria.
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En Foco
Diario Hoy
La Plata, Buenos Aires, Argentina
22 de mayo de 2014
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