7/6/15

Ecos Diarios (Argentina)

Dudas de que el jurado pueda evaluar la conducta de otro ciudadano con conciencia, frialdad y total justicia

Ecos Diarios - Necochea
Pcia. de Buenos Aires - Argentina

Extractos:

Días atrás Ecos Diarios dio cuenta de los interrogantes y evaluaciones, según del lado que se esté, que ha disparado el resultado del primer juicio por jurado celebrado en la ciudad.

Ponderado en un primer momento por lo expeditivo que resultó este primer debate público, y una condena al autor de un asesinato, las semanas posteriores han ido generando dudas en quienes se desempeñan en el ámbito judicial.

Es así que los abogados defensores de varios imputados locales que están a la espera de ser juzgados, yo no se muestran tan convencidos de que en un juicio llevado a cabo por ciudadanos comunes su cliente tiene más probabilidades de ser sobreseído que si se somete a un tribunal profesional.

Más allá que no pueda objetarse una decisión unánime como la que tomaron los doce integrantes del jurado popular, en muchos queda la sensación de que fue una decisión basada en la avidez que tiene actualmente gran parte de la sociedad por castigar a quienes cometen delitos graves.

Sucede que hasta que se llevó a cabo la instancia que terminó condenando al joven César Nahuel Ganduglia, a quien se halló "culpable” del crimen de Carlos Abel Lolli, en el noventa por ciento de los juicios por jurados que se habían realizado en la provincia de Buenos Aires, el acusado había salido "no culpable”.

Esta posible tendencia a condenar que algunos abogados perciben en la sociedad, los debe obligar a extremar su estrategia y armas para convencer a los ciudadanos de un tribunal de que su defendido no merece castigo.

Sin querer herir susceptibilidades, da la sensación que son pocos los profesionales locales que están preparados para torcer esa supuesta animosidad de los jurados para con quienes deben ser juzgados. O al menos aún deben prepararse para poder desempeñarse con relativo éxito.

Pero más allá de abogados y jueces, que tienen mayor responsabilidad que el ciudadano común por el hecho de que ellos eligieron esa profesión, hay que encontrar las llaves para que quien sea citado a conformar un jurado pueda actuar sin presiones y sentirse protegido por el Estado antes, durante y después del juicio.

A modo anecdótico, pero formando parte de las alternativas de la reciente instancia en Necochea, quienes integraron el jurado aún no han cobrado los $750 que por ley deben percibir por la carga pública que llevaron adelante.

Aunque los profesionales del Derecho, en especial quienes están a favor de esta forma democrática y participativa de hacer justicia, expresen que se trata de un sistema casi ideal, flotan en el aire las debilidades y carencias de una sociedad como la actual, cuyos integrantes están impregnados por la dura inseguridad que vivimos y que nos afecta a todos en mayor o menor medida.

Bajo esta coyuntura, surgen dudas que alguien pueda evaluar la conducta de otro ciudadano con conciencia, frialdad y total justicia.


Juicio por jurado
Opinión editorial

Ecos Diarios
7 de junio de 2015

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