El jurado en España
Extractos:
Ayer lunes comenzaba el juicio contra José Bretón, acusado de matar a sus hijos de corta edad Ruth y José. Se trata de uno de los casos que más expectación ha generado en los últimos tiempos, tanto por la gravedad de los hechos como por algunas diligencias practicadas durante la fase de instrucción –la identificación de unos restos óseos supuestamente humanos, por lo demás la principal prueba de cargo contra Bretón–. Un caso complejo, en suma; quizá demasiado para que la decisión de su culpabilidad o inocencia recaiga en un jurado popular.
Desde que se instaurase en 1995, el jurado sigue suscitando muchas dudas, sobre todo en el mundo del derecho. Mirarse en el espejo anglosajón, donde los juicios con jurado forman parte de su cultura y están plenamente arraigados no resulta conveniente. En España es diferente. Ni hay tradición ni se conocen los entresijos de una ley con multitud de esquirlas, por no hablar de casos como el asesinato de Rocío Wanninkhof, con la condena y posterior absolución de Dolores Vázquez.
Quizá, pues, una de las reformas pendientes de la justicia sea precisamente ésta: dejar que sean profesionales quienes se encarguen de juzgar. Algo tan importante como motivar una resolución judicial –auténtico talón de Aquiles del jurado y, a la vez, requisito imprescindible en aras del derecho a la tutela judicial efectiva consagrado en el artículo 24 de la Constitución– no debe quedar en manos de alguien que desconozca el derecho.
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El Imparcial - España
Editorial
17 de junio de 2013
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