Juicio por jurado
Diario El Tiempo Azul - Argentina |
Extractos:
El proceso se desarrolla como es tradicional, con los fiscales que investigan,
aportan las pruebas para que el imputado sea declarado delincuente. Y luego el
juez escucha los testimonios, recibe toda la prueba que aporta la defensa y la
acusación y dicta sentencia. Pero aquí viene la cuestión. Previo al dictado de
la sentencia un jurado de 12 personas titulares y 6 suplentes elegidos por
sorteo del padrón electoral tienen la función de declarar culpable o inocente al
acusado. Y para eso se vota sin expresar fundamento alguno. El juez, en el caso
de declarar la culpabilidad, tiene que fundar la pena que le aplicará.
Esas 18 personas elegidas al azar pueden ser locos, perversos, psicópatas,
débiles mentales, con antecedentes penales, careciendo de un mínimo conocimiento
de lo que es el Derecho. Por eso actúan impulsados por su sentido común. Algunas
veces lo pueden hacer por capricho, una mala digestión, la opinión de una tía,
la portada de un diario, o lo que escucha en la calle. Entonces ¿qué garantía tiene una persona que conduce un vehículo y una moto lo
atropella de atrás y muere su conductor? Ninguna. Porque la sensiblería de una
vida que desaparece supera todo razonamiento legal.
La justicia no puede estar propensa a lo que diga la gente, a los sentimientos,
a los impulsos emocionales, sino que tiene que aplicar el derecho frente a un
hecho, lo que se llama la tipicidad. Por algo se la representa con una venda en
los ojos.
El juicio por jurados es promocionado como el sistema más democrático, avanzado,
progresista y justo, para la administración de la justicia penal, pero es, según
un magistrado, el más tiránico, primitivo, retrógrado e injusto concebido en
occidente.
Los jueces tienen que fundamentar sus sentencias y firmarlas. En cambio los
miembros de un jurado dictaminan anónimamente y sin fundamentarla.
Si los jurados se componen según una lista de personas que se inscriben
previamente, que tienen conocimientos jurídicos, y cada uno funda su opinión,
podría ser contemplado. Pero como está escrito en el proyecto sería una afrenta
a todas las personas que estudiaron derecho. No solamente a los miembros del
Poder Judicial sino también a los abogados, porque por más que cumplan su misión
de defender al cliente con pruebas sólidas y valederas, todo este trabajo se ve
desmoronado por un sentimentalismo antijurídico.
Esperemos que los legisladores de esta provincia se asesoren con miembros de los
Colegios de Abogados y con los del Poder Judicial. Luego mediten serenamente
sobre la conveniencia o no de sancionar esta ley. Y lo haga cada uno empleando
el sentido común y no acatando la decisión del bloque.
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Juicio por jurado
Por Ignacio Correa
Diario El Tiempo
Editorial 9 de junio de 2012
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