Mario Wainfeld |
Extractos:
Los argumentos contra el juicio por jurados son variados, su factor común es la desconfianza en los legos para impartir justicia y, sobre todo, condenar. La manipulación de los jurados a mano de abogados cirqueros es un tópico en el discurso mayoritario de abogados y jueces argentinos. Su formación profesional deriva a una enorme prevención contra la sensiblería y la propensión al linchamiento de ciudadanos de a pie, desprovistos de formación jurídica, acaso más acuciados por la necesidad de volver a sus trabajos (ser jurados es una carga pública, así lo expresa el proyecto de la candidata oficial a presidenta) que por hacer valer todas las garantías del derecho penal.
Algunos films de Hollywood subrayan las argucias de abogados aviesos a la hora de elegir o descartar jurados. El abogado del diablo fue contratado por esa destreza. El Jurado, adaptación de un thriller de John Grisham, propone una visión paranoica de la selección. Gene Hackman, uno de sus protagonistas en el rol de un pérfido defensor de empresas armamentistas, pronuncia una frase ejemplar: “un juicio es algo demasiado importante para dejárselo a los jurados”.
(Se indican también argumentos favorables al sistema de juicios por jurado)
(Se indican también argumentos favorables al sistema de juicios por jurado)
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Periodista Mario Wainfeld
Diario Página/12
17 de octubre de 2007.