4/6/14

Dr. Néstor Pedro Sagüés (Argentina)

El jurado está lleno de problemas técnicos
 
Dr. Néstor Pedro Sagüés - Abogado y Profesor de Derecho
 
Extractos:
 
La Constitución Nacional diseña al juicio por jurados desde mediados del siglo XIX, desde entonces hasta ahora ha corrido mucha agua bajo el puente y las reglas del debido proceso se han afinado.
 
Por ejemplo, la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso “Cantos”, entre otros, ha indicado que es una condición de validez de las sentencias que éstas encuentren una debida fundamentación y motivación. Es decir que las sentencias tienen que explicar el por qué se resuelve de una manera y no se resuelve de otra, tienen que dar razones que expliquen el contenido y la parte resolutiva de los fallos, esto es una garantía del debido proceso. También lo ha dicho nuestra Corte en centenares de pronunciamientos sobre la obligación de motivar y fundamentar los veredictos judiciales, máxime en el ámbito penal y si se trata de condenas.
 
Ahora bien, el problema que tenemos con el juicio por jurados es que el jurado no da fundamentos de sus decisiones, siendo éstas soberanas y de acuerdo al sistema de íntimas convicciones de cada uno de los miembros del jurado. Hoy es un grave problema porque el acusado que es condenado en base a un veredicto no motivado ni fundado por el jurado tiene el derecho a recurrir la sentencia ante un tribunal superior, de acuerdo al Art. 8vo del Pacto de San José de Costa Rica. Y ¿cómo va a impugnar un veredicto que no tiene fundamentos? Por lo tanto, a eso ya lo entiendo prácticamente un problema insoluble, no lo era décadas atrás, hoy es una dificultad insalvable para admitir la validez constitucional y la validez convencional de la Convención Americana Sobre Derechos Humanos respecto al juicio por jurados.
 
El jurado está lleno de problemas técnicos. Los argentinos estamos partiendo de la ilusión o el mito del jurado como si fuera un instituto perfecto y muy fácil de instrumentar. No es así, el jurado tiene profundos problemas. Uno de ellos, por ejemplo, es el económico. O sea, hay que contar con los recursos suficientes para solventar e indemnizar de algún modo a los jurados por su desempeño durante los días que dure su labor, que normalmente insume varias jornadas. Yo los he presenciado en Estados Unidos de América y lleva su tiempo.
 
Por otro lado la integración y composición del jurado no es algo fácil, porque la defensa y la acusación tienen el derecho a impugnar o recusar a las personas seleccionadas en el jurado, sea por prejuicios, estereotipos, origen racial, ideología, etc. Me acuerdo que en una oportunidad en Santa Mónica –California– al cuarto día el jurado no se había constituido precisamente por las tachas que habían planteado los abogados por la imparcialidad de los miembros.
 
En fin, otra dificultad práctica que es muy importante puede derivarse de las presiones sociales sobre el jurado. En la Argentina de nuestros días estamos condicionados o muy influidos por la sociedad con la idea que todo acusado es culpable, pero puede ser absolutamente inocente. Sin embargo, en nuestro país hay una fuerte tensión social que parece exigir sentencias condenatorias, y esto puede provocar errores graves en la imparcialidad del funcionamiento del sistema de juicios por jurados.
 
Además hay que reconocer que los jurados son legos, no son expertos en Derecho y muchas de las consideraciones en torno a cómo se acredita se demuestra la antijuricidad y cómo se demuestra la culpabilidad son temas jurídicos que el juez puede explicar pero no siempre los jurados pueden entender tales explicaciones pueden resultar sofisticadas o complejas.
 
En síntesis, no todas son rosas en el jardín del juicio por jurados. Está plagado de inconvenientes reales. Terminaría por añadir otra cosa que he percibido no de teorías o libros, sino de realidades, como en Estados Unidos, que es la renuencia de mucha gente a desempeñarse como jurado. Esto es un problema serio de gente que por sus trabajos, sus ocupaciones o simplemente porque no les gusta no quieren asumir tal carga pública que corta la vida cotidiana de la persona, y esto provoca como digo en la práctica, actitudes escapistas. Son muy frecuentes y hasta existen expertos en evasión a la tarea de actuar como jurado, sobretodo en un país dónde no estamos muy habituados al desempeño de cargas públicas que exijan un determinado tiempo, constituyendo una dificultad que debemos tenerla muy en cuenta.
 
 
Dr. Néstor Pedro Sagüés
Primer egresado de la Escuela de Derecho, hoy Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario, es profesor de la Universidad de Buenos Aires y de la Universidad Católica Argentina. Doctor en Derecho por la Universidad de Madrid y por la Universidad Nacional del Litoral, Argentina. Profesor honoris causa de numerosas universidades latinoamericanas. Es Consultor de Naciones Unidas en materia de derechos humanos.
 
"Sobre el Juicio por Jurado. Entrevista a Néstor Pedro Sagüés"
Por Alejandro Aristizábal, estudiante de Derecho.
 
Grupo Joven Fundación Libertad
4 de junio de 2014

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