12/7/13

Lola Clavero (España)

Condenar de nuevo a un inocente

Lola Clavero
Málaga - España

Extractos:

A Dolores Vázquez se le ha cambiado la cara. Ahora se llama Vicky Álvarez y es un amor de mujer con ojos de tortolilla. Si Dolores Vázquez hubiese sido tan fotogénica en la vida real como en esta miniserie, no la hubiesen condenado por la cara, que era de culpable atroz según se la podía ver en los medios, que le sacaron su peor perfil.

El jurado popular, ahora puesto en tela de juicio, por el caso José Bretón, falló en su fallo y condenó por unanimidad a una inocente sin mayores pruebas que las apariencias que, engañando, convencen a las masas a quienes nos puede más la carga emotiva de una imagen que mil palabras, si bien esa imagen nos llegue trucada.

Ya lo expresó Platón en su "mito de la caverna", de la realidad no percibimos sino sus sombras. Más ahora que la televisión de plasma emite en su pantalla imágenes en alta definición de una realidad plana; única. Todo, desde allí, parece tan real que se diría que lo fuese; la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad.

Pero ni el objetivo es objetivo cuando enfoca a un sospechoso; a Dolores la hizo tan culpable antes como ahora a José Bretón. Tenía la culpa escrita en la cara como Bretón la tiene en esos ojos impávidos, incapaces del parpadeo, del temblor de la emoción y las lágrimas. Hay pruebas como puños de su crimen, dice la fiscal, pero ninguna tan contundente como esos ojos sin expresión ni empatía. Es lo que vemos, más allá de toda lógica, que la hay, como la había también en la presunta culpabilidad de Dolores Vázquez.

Aquella teoría que entonces parecía infalible contra Dolores, ahora lo parece contra Bretón, los dos casos tienen muchos puntos en común; la trama sentimental, la expectación mediática, la carga emotiva que llega a la máxima tensión en el juicio Bretón, al ser, precisamente, mujeres tanto la fiscal como la juez que instruye el caso ¿a qué mujer, más siendo madre, no se le calienta la sangre si ha de juzgar a un hombre con todas las trazas de haber matado a sus hijos? ¿Y a qué jurado popular se le puede pedir que delibere con frialdad ante tales circunstancias? ¿Qué fallaríamos nosotros mismos en el caso de ser ese mismo jurado?

La sombra del caso Dolores es alargada y este jurado popular debe temer a tropezar en la misma piedra y condenar de nuevo a un inocente.

Enlace: Versión On Line

Lola Clavero
Filóloga y Doctora en Literatura
Málaga - España

Blog: "Las malas lenguas"
Post: Qué ven mis ojos
12 de julio de 2013

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